Opinión | La mirada

Cáceres

Despedida al Papa Francisco: 'El loco de Dios'

Todos los papas tienen un algo especial, unos escorados hacia un lado, otros hacia otro, y otros en el medio

Funeral del Papa Francisco.

Funeral del Papa Francisco. / EFE

Hay veces en las que tienes que dedicar un poco de tiempo a buscar un buen título para la columna semanal, no todo vale. En este caso no ha sido así, el Papa Francisco tenía una personalidad tan especial, que te venían títulos a la cabeza, casi sin esfuerzo y todos acertados: el Papa a que no le gustaban los zapatos rojos; el Papa que vivió de otra manera; el Papa de los pobres y los inmigrantes; el Papa que quiso una Iglesia misionera y sinodal, el Papa que vino del sur, el Papa del cambio climático...

Si he escogido este, no es para hacer publicidad al escritor extremeño que lo llama así, sino que al elegir el nombre para su pontificado, asumió como se llamaba el de Asís a sí mismo, “el loco de Dios”.

Vaticano II

Todos los papas tienen un algo especial, unos escorados hacia un lado, otros hacia otro, y otros en el medio. Estos últimos los menos. Francisco, una vez pasado el susto inicial de su nombramiento, se dedicó a proponernos una Iglesia sinodal (misionera y en salida), para mí esta ha sido su gran aportación, pero, el reto es tan grande, que ha podido dar solamente los primeros pasos, pasos que han sido tan importantes y tan pocos, que pueden ser desandados con facilidad. La recuperación del espíritu del Vaticano II está unida intrínsecamente a este trabajo importantísimo.

Es verdad que ha tenido otros logros destacados, su lucha constante por la paz con alusiones directas a los sitios donde se producen los conflictos; su estar al lado de los inmigrantes, hablando claro a los que pueden hacer más y no lo hacen; ha animado siempre reformas que favorezcan la transparencia económica de la Iglesia; se ha colocado al frente de la lucha a la hora de la clarificación del problema de la pederastia en el seno de la Iglesia; ha luchado por los derechos de todos, porque en la Iglesia en la que creía caben todos, todos, todos.

Esta realidad, no cabe duda que tiene sus detractores, que son y han sido muchos. ¿Hay gente que se ha alegrado de la muerte de Francisco? No lo dudéis. A partir de ahora abundarán los que pongas palos en las ruedas de las reformas que este papa ha iniciado. Con lo que he dicho, no quiero que creáis que pienso que este papado no ha tenido sus sombras, también las hay.

Sucesor

La Iglesia deslumbrará de nuevo al mundo con su liturgia milenaria a la hora de la despedida de Francisco y de la elección del papa número 267. Lo estamos viendo a diario.

La elección de su sucesor es la clave para que la labor del papa argentino tenga continuación, por eso esperamos con ilusión y tensión lo que ocurra los próximos diez o veinte días. Lo viviremos y lo contaremos.

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